viernes, 22 de agosto de 2025

Alma de compañía

Su mirada me dice que nos volveríamos a encontrar.

Yo, como siempre, estaba solo. Tres de la tarde y aún pensando si almorzaba. Mi cama destendida me transmitía sutil y oculta tristeza. Sentado en una silla y viendo la gente pasar por la ventana, por fin me propuse darle una vuelta al día. Me dirigía a la cocina, con ruidos en las tripas, cuando de pronto veo unos papeles en la puerta de entrada. Mi imaginación despertó mientras yo seguía algo turbado físicamente. Tomé los sobres al instante pero no quise abrirlos, más por si era algo lindo que por si era algo feo. A la tristeza estaba yo muy acostumbrado, a lo bueno no tanto y quería que este momento de incertidumbre fuera mutando. Así es que dejé los sobres en la mesa del comedor y me dispuse a preparar unos fideos con manteca. Mi última cacerola aún no la había estrenado y pensé que esta sería una gran oportunidad, agarré una manzana mientras la buscaba. La manzana me resultaba dulce y jugosa con real olor a manzana. Mientras llenaba la olla y la ponía al fuego, masticaba, y sentía que una suave calidez doméstica se mezclaba con incertidumbre. No fue mala idea ir comiendo algo luego de haber estado remoloneando en la cama, el dulzor de la manzana caía en mi interior apagando el ardor de la incógnita a la vez que aquietaba un poco mi hambre.  Me senté en la soledad de mi mesa, con los sobres al frente, los miré nuevamente sin hacer nada por ellos más que pensar un rato. Los fideos ya estaban en proceso de cocción cuando de repente soy interceptado por mis propias fantasías. 

Su rostro me dice que tenemos pendiente algo por resolver, qué linda es! ella me dice, sin hablar, que habría que volver a cruzarse. Yo, como un tonto solitario sigo caminando y soy sorprendido por una nueva mirada, una que busca en la noche el refugio de otros ojos. Con cuál me quedo?

Porque andar a la deriva era mi obsesión interior. Andar por la ciudad nocturna, así como lo hacía en la guardia del hospital, sin mucho para hacer más que cuidar la limpieza del espacio. Creo que ahí agarré el hábito soñador, es que con tantas horas vacías el despliegue interno me resultaba el más verdadero.

Andar y ser parte de sus ojos cuando ella duerma.

La manzana terminada y mi alma encantada vuelve a la cocina con los fideos a punto de pasarse. El aroma de la albahaca, mi porcelana, el aceite de oliva que más aprecio y la calidad de la pasta me dan un subidón de grelina, dopamina y confianza, entonces... abro la boca y las cartas.

"Estimado noctámbulo, quería hacerle llegar mi mas sincero agradecimiento. Agradecer que puedo soñar con usted. Me he quedado días pensando en su rostro convocante, en su forma de caminar y estarse por los bancos y las esquinas. Yo quisiera agradecerle que usted sea tan buen compañero de pensamientos, y aunque no nos conozcamos, mi vida ha cambiado al verlo en las calles. Tontenado, vagueando, sin rumbo fijo, usted me ha comprendido y lo he seguido, para saber dónde es que vive y para aprender".

Antes de abrir las siguientes cartas intenté recordar a las personas con las que me había cruzado, pero me di cuenta que a todas las miraba sin verlas. Mi desesperación crecía, y la orexina se transformaba en cortisol, no obstante hacía fuerzas para tragar y los fideos caían al buche.

"Tonteando celebramos un signo de luz en la noche. Arrimando nuestros cuerpos sin rumbo, como animales peleando o noctámbulos andando. Tus manos revolotean como palomas que aprenden a volar. Tu cuerpo me esquiva y me lanzo a rodar con vos por el suelo, de golpe freno y me rindo a una caricia en la espalda y mi cara cae sobre tu pecho y luego en mi pecho aparece la suavidad de tu mejilla encendida que lo oculta".

Sentí que mi garganta no funcionaba como de costumbre, no se puede hacer las dos cosas a la vez. Se come o se lee. Y entonces se lee, porque esta aventura es más fuerte que mi blanca pasta, y es más rico aún haber encontrado un alma de compañía capaz de inundarlo todo con su presencia anónima.




lunes, 24 de marzo de 2025

Meditación del abrazo

Los brazos descansan y rodean la espalda. El abrazo que contiene y dibuja la ilusión. Los pechos se tocan / Demuestran la presencia / Y el deseo de sostenernos / Se sienten contentos de estar tan cerca. Avanzamos con este ritmo amoroso de la mirada / Y ella nos invita a tocar panza con panza. Así lo vemos mientras nuestros ojos siguen cerrados. Los pubis también contactan para recibirse mutuamente / Y alojarse como cuencos que entran adentro de otros cuencos / hasta el infinito. Solo tu mirada interior puede verlo / Y la música relajante acompaña este devenir de escenas / Y nos contiene como si nadásemos en ella. El sonido nos acuna un rato más... Y para sentirnos mejor con este paisaje interior / Rosamos nuestros pies descalzos con las sábanas. Y vemos todo desde lejos, como fuera de la escena, Para ver mejor Y para comprender la armonía de la ternura / Y agradecer la suavidad de la sábana / Y de la vida que nos ofrecemos / Y del tiempo que nos dedicamos.
*Imagen: Guayasamín

sábado, 8 de marzo de 2025

Reflexión solitaria

Estoy abierto a la soledad del solitario solidario y cerrado a la soledad del multitudinario individualista. Simplemente, una me gusta y otra no.




Los modos


Soledad ser, y soledad estar.

Soledad querida, soledad indeseable.

Soledad conectiva, soledad aislante.

Soledad sola, soledad supernumeraria.

Soledad productiva, soledad desperdiciada.

Soledad nutricia, soledad desnutrida.

Soledad relacionada, soledad desintegrada.


Y más soeldad en este mundo hiperconectado.


jueves, 6 de marzo de 2025

Soledades que pintan

Me pinta una soledad pintada

Una soledad que estornuda

Soledad cantada

Era cantado

Era mi camino.

Mi soledad me habla

Era preciso

Mi soledad me calma.

Me pinta una soledad buena

Soledad de principes idiotas

Y del tonto común

De eternos aprendices

Soledad llana

Soledad masiva y masificada

De dominio público.

Triste soledad, como simepre.

Tristeza distribuida en soledades varias.

Soledad de la buena y de la mala

Soledad cantada (y bailada)

Quien escucha mi soledad?

Cuando ríe

Cuando calla

Soledad de cielos estrellados

que se abren a tu alcoba

Soledad sin rumbo fijo

Soledad que sabe

Y que se pregunta cosas

Que retrocede.

Soledad que puede vencer el miedo

Y ocultar las evidencias

Y también descifrar las apariencias.

Soledad del sabio que no dice nada

Y del tonto que explica lo consabido.

Soledad solo mia

Soledad de todos

Soledad de nadie

Soledad aún no inventada

Soledad cantando para adentro.

Significativa,

Verdadera soledad

Enturbiada,

Soledad falsa.

Soledad de pocos

Soledad amarga

Sin sentido

Provocada por medios artificiales

Con sentimientos arraigados

Con fines de adoración.

Soledad ruidosa del que no habla

Soledad ruidosa del que repite.

Soledad íntima del que busca.

Del que no tiene recursos.

Del que llora.

Soeldad de pobres y ausentes

Soledad presente del inquieto.

Del que puede darse cuenta.

Soledad sensible a los tumultos.

Soledad que crece, renovada, infinita.

Interrumpida.






lunes, 17 de febrero de 2025

Atracones

He comido por los ojos un montón de ojos perdidos que no me miran. Y me han mirado en la calle, aquellos que yo no quisiera ver ni por la web. He comido por las manos tanta piel que no me toca. Y me ha tocado piel que no me alimenta. He olido fragancias bellas, como la de las flores, y mi olor libre de parabenos me averguenza. He comido de oido lo que nunca quise y, aturdido, he dicho cosas que a nadie le gusta escuchar.


Gargantúa


Bailar conmigo esta noche?

Ven a bailar conmigo esta noche porque yo no puedo parar. Sigo bailando, voy hacia tí, te llamo para que vengas a mi baile de la terraza, habrá cerveza. Bailo suave y salvaje si eso es lo que quieres. Bailo mal, también, si eso te gusta más. Soy bailarín, delicado y serpenteante. Puedo tirar patadas al ire o remar por la casa, así, así, con los brazos remando, dando un lindo show. Mi cara también es linda y más cuando bailo y se me pone un poco desorientada.